“…el largo, el triste juego del amor”.
Jaime Sabines
No olvido el paraíso,
ese lugar de paso de la infancia,
con su felicidad a cuestas
y tanta luz entre los ojos.
Salí contigo del paraíso.
En sus nubes de azúcar
no ocurren las noches de zozobra
a la espera de un gesto de ternura.
La paz que prometen a los bienaventurados
no cabe en la cama tuya y mía.
Cuando tu voz habla y me da este mundo
en una sola palabra bella o sucia,
no recibo la gracia del bendito
sino la condena de esperar otra palabra
para vivir el día que me aguarda.
En mi cara de iluminada
no está la sonrisa gozosa del querubín
porque mi mano busca y encuentra, pero no le basta,
porque jamás podrás pronunciar las palabras suficientes
ni habrá huellas tuyas que estén de más:
este enamorado montón de carne nunca se saciará.
Salí contigo del paraíso
para jugar el largo, el triste juego del amor.