«Nadie es profeta en su tierra», reza un antiguo adagio popular. No siempre es cierto, y de ello sobran ejemplos, pero sí hay infinidad de modelos de personas que luego de emigrar y formarse lejos de casa han vuelto a su tierra natal coronados de gloria, o al menos con objetivos logrados y una misión de vida más clara, podríamos decir que ha sido el caso de los chicos costeños que integran El Caribefunk. Esta una banda que fusiona ritmos autóctonos con un sonido pop altamente bailable, y que ha cosechado una vasta cantidad de seguidores de su propuesta en toda Latinoamérica, aunque más concretamente en Argentina, país en el cual vivieron por varios años, y en el que estudiando música se juntaron y decidieron dar vida a una banda que retomara las raíces de sus ancestros. Se trata entonces de un proyecto que no solo se ha hecho sumamente conocido por la calidad de su sonido cadencioso, sino el tono reflexivo de sus letras que hablan de asuntos como el racismo, la falta de solidaridad a nivel social y la importancia del amor a nivel colectivo, no solo en el formato de parejas o familia.
Contactamos a estos jóvenes artífices para que nos compartieran un poco de lo que han vivido en estos casi diez años de hacer lo suyo atravesando fronteras sin tomarlas mucho en cuenta. Comenzamos abordando los orígenes de su creación, que surgió luego de la decisión de irse de Colombia por un tiempo, y ante la pregunta de cuáles fueron los motivos para emigrar a Argentina y no a otro país hace unos años, para cumplir sus metas académicas, nos comentaron: «Pues Argentina en esa época nos abrió las puertas dándonos la posibilidad de entrar completamente gratis a sus universidades, debido a lo extremadamente costoso de acceder a una educación superior de calidad en nuestro país; por otro lado, la oportunidad de refrescar la energía, pues se estaban viviendo en Colombia tiempos de muy poca tolerancia».
Luego en cuanto al legado de artistas anteriores indagamos acerca de qué ídolos populares de la cultura latinoamericana los había marcado en su búsqueda artística, su respuesta fue tan amplia como crítica: «Existe un innombrable número de ídolos latinoamericanos empezando por Gómez Jattin (poeta costeño) hasta Borges (escritor argentino), pero puntualmente, la idolatría no es tan importante dentro de nuestro proceso de vida, cada persona desde lo que hace nos inspira. Más adelante agregaron que los inspiran también los artistas anónimos, o en palabras de ellos: «Esa clase a la que nadie le pone atención, pero que son unos guerreros incansables y nadie conoce». Fueron más enfáticos al comentar que los inspiran las ganas de cada persona de hacer lo que aman. A manera de ejemplo, destacaron la prudencia y humildad del vendedor ambulante, la paciencia del pescador, la musicalidad de los cantadores juglares, el ritmo de los tamboreros y bailarines de nuestro folclor latinoamericano, así como la magia de esos artistas callejeros que te sacan una sonrisa en medio del estrés del día a día. Confiesan que de ese tipo de energías es que se ha nutrido Caribefunk para sacar fuerzas e ideas al momento de llevar adelante su proyecto como banda.
Lo cierto es que este grupo de jóvenes ha viajado por el mundo durante estos años, sobre todo por países vecinos, vivieron por ejemplo el terremoto de septiembre del año pasado durante pleno concierto suyo en la Ciudad de México, mientras que también participaron del Festival Afrolatino en Nueva York en otra ocasión, representando el talento del Caribe colombiano. Al cuestionarles qué creen que puede aprender la movida cultural colombiana de los circuitos artísticos de países como México y Argentina, en donde en general se pone en evidencia un mayor apoyo a lo tropical alternativo, nos contestaron que a veces sienten que, a nivel local, la sinceridad es algo que no nos suelen enseñar ni en la casa ni en la escuela, y de hecho siempre nos educan para buscar remuneración, pero se olvidan de promover el arte puro y sincero. En cuanto a ese patrón de repetición de la misma música que comercialmente ha pegado, además agregaron: «Culturalmente eso cansa. Es aburrido ver muchas propuestas tan parecidas cuando en realidad tenemos una enorme diversidad en nuestro país». Sin embargo, comentan que a pesar de los contras, la escena artística nacional ha crecido estos años gracias a la autogestión. Según ellos, ese es un fenómeno al que hay de darle crecimiento: «Y eso es a lo que hay que apuntar, salirse un poco de la idea de lo gubernamental asistencialista y hacer más redes entre nosotros». Como quien dice: «Hágalo usted mismo. Una idea que no suena nada descabellada en tiempos en los que tenemos al alcance de nuestra mano internet y las redes sociales para usar a nuestro favor. Otro asunto crucial que también discutimos con ello es el de los nuevos talentos de la movida caribeña, haciendo alusión a ello, los Caribefunk nos recomendaron a estos artistas contemporáneos y de la región: Colegio del Cuerpo, 100 de Cilantro, Gaiteros de Ovejas, Open Mind Groove, Dalay, Puerto Arena, Andres Landero y Tribu Baharú, entre tantos otros que comparten eventos con ellos.
Ahora, si bien la carrera de Caribefunk se forjó inicialmente desde el exterior, siempre están viajando a Colombia, y de hecho suelen grabar sus videoclips en el país, hablamos con ellos entonces de la experiencia de hacer el video de su canción Fastidiado de lo bien, que hace parte de su álbum El Playaman, publicado en 2014. La pieza audiovisual en cuestión muestra los exuberantes y pintorescos paisajes de Santa Cruz del Islote, en el Golfo de Morrosquillo, ubicado en el departamento de Bolívar.Ellos comentan que lo mejor de la experiencia, además de lo paradisíaco del sitio fue la gente y su energía, ya que los habitantes de aquel lugar se sumaron como actores naturales en aquella ocasión, nutriendo de su alegría y sencillez tan propia de la Costa aquel video, complementando a la perfección el sonido y el mensaje de aquel tema.
En cuanto al esperado próximo disco de Caribefunk, nos adelantaron que saldrá a mediados de marzo y que siempre tomarán la oportunidad de hacer música como el escenario perfecto para concretar una propuesta de reflexión. Esta vez nos detallan que a nivel ideológico sus canciones vendrán con una tendencia animalista, mientras que en lo sonoro abrazarán las corrientes emergentes y electrónicas sin abandonar lo instrumental y orgánico. Asimismo, con miras al futuro, ante la pregunta de con qué artista les gustaría colaborar, nos comentaron, sin decir nombres específicos, que aquel que tenga su misma misión musical, y que además tenga un lazo de amistad estrecho con ellos. Puesto que lo que estiman crucial en el acto de hacer un disco es «transmitir algo fuera del superego», es decir, lograr más bien algo que traduzca una energía colectiva, forjada en conjunto.
De cualquier forma, la banda anunció hace unas semanas que tras la presente gira que los ha llevado a visitar de nuevo tierras argentinas, se tomarán un receso del formato banda para permitir que cada integrante se dedique a sus proyectos musicales paralelos. Sin embargo, no hay motivo de preocupación, pues prometen volver muy pronto con toda la formación y la misma buena onda contagiosa de siempre.