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Miles Davis, el gran agitador del jazz

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Domingo, Noviembre 20, 2016 - 00:00

El jazz es una corriente artística que nace en los Estados Unidos. Género musical de vertiente negra, el hombre venido de África puso en marcha con su valor ancestral una gran industria musical que mueve miles de millones de dólares a través de la música, el canto, el baile y la realidad urbana, convirtiendo este tipo de música en un fenómeno popular con antecedentes dignos de recordar en medio de nuestra mediática y solvente historia.

Movimiento intelectual negro de comunicación directa, expresión de valores y modo de asumir la vida, durante el siglo XX el jazz en los Estados Unidos instauró un orden artístico y comercial que permitió su expansión y dominio cultural. Como género, el jazz promovió e impulsó grandes y atrevidas tendencias musicales de experimentación que la humanidad celebra. Uno de los grandes y recordados artífices de esa realidad artística la encarna el mítico Miles Davis.

Intérprete, compositor, y uno de los arreglistas más importantes del siglo XX, Miles Dewey Davis III (Alton, Illinois, 1926 - Santa Mónica, California, 1991) es referencia obligada en el desarrollo y evolución del jazz norteamericano. Criado en Saint Louis, Illinois, en el seno de una familia de clase media, hijo de un médico y una profesora de música, Davis inició su carrera a temprana edad, y desde sus inicios se perfiló como un instrumentista y compositor innovador cuya personalidad recia reflejaba lo que ocurría con la sociedad de Estados Unidos en esos momentos decisivos y coyunturales de la historia: segregación racial, posicionamiento global e industrial, auge y producción de diferentes formas y estilos de ver y asumir el arte.

Miles Davis hizo parte de una generación de artistas que surgió en los albores del capitalismo, a medida que grandes industrias y corporaciones fundaban nuevos órdenes sociales y morales. Consciente de la gran emancipación de la sociedad de consumo, este gran músico, compositor e intérprete de la trompeta, contribuyó con su lenguaje subversivo a posicionar al jazz como una estética disciplinada que llegó al mainstream de los Estados Unidos y el resto del mundo.

Davis hizo que el jazz pasara de una corriente a otra; de ser enriquecido y apadrinado por el bebop, pasando por el cool jazz, el hard bop, el soul jazz, free jazz y el jazz rock-fusion, trascendió las convenciones de los subgéneros y es responsable de trabajos tan sofisticados y enigmáticamente aplaudidos como el mítico álbum Kind of Blue, editado por Columbia Records en el año 1959, y que hace parte de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos como obra invaluable de gran aporte a la cultura del país y la humanidad.

En las siguientes viñetas analizaremos aspectos del desarrollo musical y el aporte decisivo que hizo Miles Davis a través de una serie de trabajos discográficos que han puesto a este músico entre los máximos representantes de la sensibilidad artística y musical.

Kind of Blue, el reino bucólico del jazz

El álbum más vendido de Davis y de la historia del jazz, es un trabajo de consulta obligada en toda instancia académica, dada su influencia tanto en la música clásica como en el rock. Kind of Blue es una triste, célebre, aplaudida y recordada obra que hasta el día de hoy sigue vendiendo miles de discos semanales alrededor del mundo. Un disco que a su vez dio tránsito a técnicas y prácticas de improvisación dentro del lenguaje del jazz, y que tuvo una nómina de sesión increíble que parte de la formación pura y muy acertada de sus integrantes: Cannonball Adderley, en el saxo alto; John Coltrane, en el saxo tenor; Bill Evans junto a Wynton Kelly, en el piano; Paul Chambers, en el contrabajo, y Jimmy Cobb, en la batería, supieron captar la idea mental de Davis, reflejando en sus aportes el espíritu y concentración que traía el jazz para la cultura de los Estados Unidos en ese espacio y momento  de la historia. Sus canciones se convirtieron en piezas invaluables y han estado en la vida de millones de personas que sienten cada día, al escuchar Kind of Blue, un reinado de tipo bucólico que no permite el paso del inconfundible tiempo. Piezas como So What, Freddie Freeloader, Blue in Green, All Blue y Flamenco Sketches envuelven el sonido de una era en donde el jazz era un motor y artífice de una andanada de creación intelectual que trascendía todo espectro y panorama sonoro. La simple aproximación a una estética visionaria como lo fue y es el jazz, conjugada con la sensibilidad de la música clásica y las nuevas formas populares de entretenimiento en los Estados Unidos hicieron de Kind of Blue lo que hoy es para la humanidad: una indiscutida y trascendente muestra del poder del conocimiento del ser humano, manifiesta en una obra de arte sonoro.

Bitches Brew, jazz-rock místico

Para dejar su huella en la historia de las artes del siglo XX, Miles Davis produce y graba la cima del conjuro entre lo místico, ecléctico y la realidad circundante de comienzos de la década de los setenta, Bitches Brew, álbum editado en el año 1970 por Columbia Records cuyo carácter avant garde lo catapulta como un genio capaz de atrapar la furia y rebeldía del rock en el más fino jazz. Este trabajo determinó que la escena que él mismo abanderaba denominara a este complejo e iluminado concepto como «jazz-rock».

Bitches Brew es un viaje sonoro influenciado por toda una compleja circunstancia mediática análoga. El sonido jazz free rock que sale de los teclados de Chick Corea, Joe Zawinul y Larry Young; el saxofón de Wayne Shorter; Bennie Maupin con el clarinete bajo, acompañado del contrabajo de Dave Holland y el bajo eléctrico de Harvey Brooks; la guitarra de John McLaughlin, la batería de Jack DeJohnette y Lenny White, sumada a la percusión de Don Alias y Juma Santos, acompañan la textura de una trompeta en la que Davis veía en su interior al influyente Jimi Hendrix arrancar de la guitarra toda la compleja culpa del sentimiento de amor y libertad. Miles Davis le hecha fuego al mundo y llega a convertirse en un Jazz Rock Star, dado el impacto que tuvo en la crítica y en la industria como tal, vendiendo más de un millón de copias y conduciendo a Davis a un desenfreno propio y típico de una estrella de rock.

Bitches Brew fue visto en un inicio como una muestra de un arte contemporáneo vivo y sagaz, los músicos experimentales tanto de jazz como de rock de finales de los sesenta e inicios de los setenta acogieron con gran entusiasmo la apuesta de Davis. El área psicodélica de San Francisco, que agrupaba a la más grande concentración de arte, expresión y libertad, celebró la furia y decisión de romper el paradigma de la música y de lo establecido. Así era Miles: el visionario, como muchos dicen; el complejo y amargado, como otros lo veían; el cerebro y sensible personaje que peleaba con los blancos y amaba con fervor su condición de ser negro.

En Bitches Brew se abrió la compuerta que une hasta hoy día la forma de conjugar estilos y modos, desde lo más complejo hasta lo más simple. Su textualidad sonora es una apuesta de maravilla del color, su momento histórico abrió la posibilidad de lo antes nunca hecho, unió a generaciones en torno a lo bello, y sentenció el arma de un artista que buscó una plasticidad inigualable en ese instante de la historia. Siempre rodeado de nuevos artistas con ideas que ayudaron a trascender este trabajo, Bitches Brew es hoy en día una obra de catálogo y, más que eso, un cuadro generacional denso que plasma la idea de conjugar la psicodelia de finales de los sesenta, el espíritu del rock y toda la marcha que envolvía el sentir del jazz a inicios de la década del setenta.

El jazz urbano de Doo-Bop

Trabajo póstumo publicado en 1992 por Warner Bros, Miles Davis hizo de Doo-Bop la entrega de su vida al ritmo, parafraseando toda su historia plástica sonora. Este álbum, que no fue recibido con las mejores críticas debido a su mezcla de jazz y rap, mira a un mundo técnico, abierto a conquistar el poder expandido por la catarsis de las máquinas, se aleja del concepto tradicional y le da oportunidad a la ciudad de New York de expresarse a través del sonido de sus calles y el tumulto de gente al caminar.

Este disco recibe en 1993 un reconocimiento por parte de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de los Estados Unidos y le es otorgado un Grammy como mejor trabajo instrumental. Muestra del sex symbol representado en la trompeta de Miles Davis, un abierto y arbitrario conocedor de la música y un artista abierto a cualquier posibilidad sonora, Doo-Boop muestra a un artista tranquilo y relajado. De hecho, poco después de terminar las sesiones de grabación, en una visita regular para chequeos médicos, fallece en Santa Mónica, en septiembre de 1991.

Sin duda la historia de la música del siglo de la expansión y consolidación de la música popular de los Estados Unidos ve a Miles Davis como un gran y recursivo artista que traspasaba fronteras, cuyo límite era su destino. El jazz es música que hoy día manifiesta la globalidad inherente al humano, y héroes como Miles Davis ocupan un espacio que muchos valoran dado lo multifacético y lo decidido que fue frente a su condición de artista transgresor y músico negro.

Álvaro José Barboza Suárez
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