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Manuel Carrerá en la arquitectura de Cartagena

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Domingo, Abril 3, 2016 - 00:00
Por Juan Carlos Pérgolis y Rossana Llanos, de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte.
 
Hay edificios que trascienden por su significado, generalmente esto sucede por el reconocimiento de la comunidad hacia las formas de esas construcciones. Otros trascienden y son reconocidos por darle un especial sentido a la vida en la ciudad que los alberga. Este es el caso del Hotel Caribe, de Cartagena, obra del arquitecto cubano Manuel Carrerá, construido entre 1939 y 1945, que cambió el horizonte de sentido en la vida de los cartageneros.
 
Barranquilla tenía el puerto más activo del Caribe colombiano y era el destino de los vapores que traían turistas y pasajeros en general desde el interior del país; pero contaba, además, con el más moderno y confortable hotel de Colombia: el Hotel del Prado, iniciado en 1927 e inaugurado en 1930, considerado el primer hotel turístico de América Latina. Pero la competencia entre Cartagena y Barranquilla venía de tiempo atrás, desde que los sedimentos redujeron el calado del Canal del Dique, dificultando la relación de Cartagena con el río Magdalena, que fue aprovechada por Barranquilla, que construyó el ferrocarril a Sabanilla para conectar el puerto fluvial con el marítimo.
 
La alternativa de Cartagena, en aquel momento, fue atraer turistas, y para eso necesitaba un hotel, cercano a las playas, que con su imagen diera un nuevo sentido a la vida de la ciudad en aquellos años treinta. El lugar escogido fue la lejana Punta Icacos, en el extremo del sector llamado Bocagrande, más allá de la urbanización que la empresa Andian estaba desarrollando allí. Se gestaba así la turística ciudad futura.
 
Pero la arquitectura no es un fenómeno cultural aislado, es parte de un contexto que encierra diferentes manifestaciones. Sin dudas, existe una estrecha relación entre las identidades espacial y cultural de una sociedad en un momento, relación que define la imagen de la ciudad y permite ver el espíritu del tiempo. La presencia de este rasgo hace particularmente valiosa la obra de Carrerá, ya que permite, más allá del análisis arquitectónico, entender el contexto donde se construyó el gusto de la época y las determinantes que se tuvieron en cuenta.
 
Dos aspectos se unieron en la arquitectura del Hotel Caribe: por una parte, el gusto de la época expresado en la geometría del art decó, que hábilmente Carrerá mantuvo presente en algunos detalles ornamentales y, por otra, el espíritu cartagenero que quería lograr algo nuevo, atractivo para los turistas sin perder la tradición colonial de la ciudad. Ambos aspectos se aplicaron sobre una estructura arquitectónica moderna y funcional con la fuerte impronta del lenguaje ‘tropical’ que arquitectos norteamericanos ya habían experimentado en otros puntos del Caribe, en particular en Barranquilla (Hotel del Prado) y en Cartagena con la construcción del edificio de la compañía Andian) en 1929 en la Plaza de la Aduana.
 
Para concluir, dos aspectos merecen destacarse en la implantación que dio Carrerá a la obra, y ambos están relacionados con la forma de la planta que, por una parte, parece envolver la esquina del ‘Laguito’, ese pequeño cuerpo de agua casi cerrado que el mar forma al final de Bocagrande, hacia donde el proyecto abre los corredores de los pisos y las áreas de piscina y jardines y, por otra, la simetría –casi clásica– de esa planta que dio lugar a una fachada monumental, centrada en el acceso flanqueado por las dos torres que lo enmarcan. Esta solución de la planta permitió ubicar todas las habitaciones en este frente, con vista a la playa.
 
Edificio Salomón Ganenm
Este edificio de apartamentos ubicado en pleno Centro Histórico, al lado de la legendaria Universidad de Cartagena, construido entre 1945 y 1948, cuando aún no existía la ley de propiedad horizontal en Colombia, y no estaba regulada la intervención en centros históricos, rompía con su altura de 8 pisos la fisonomía urbana del caso histórico, lo que generó cierto escozor entre los tradicionales cartageneros de la época. Carrerá introdujo cierto eclecticismo al colocar un rosetón en la parte superior, balaustradas en los balcones, arcos de medio punto en el tercer piso y cornisas en el cuarto. CBL
 
Teatro Cartagena
Cuenta Carrerá en sus memorias que se le acercaron unos inversionistas cartageneros para que desarrollará un teatro, el Once de Noviembre, en Cartagena, y que varios miembros de la junta directiva del teatro lo presionaron para que la obra fuera de carácter colonial. «Tuve que cumplir esos deseos, además de que por motivos de orden económico, no fue posible el revestimiento de las paredes de fachada con piedra similar a la de las murallas de la ciudad vieja, ni yo, y menos mis patrocinadores estaban en condiciones de sufragar los cuantiosos gastos que eso requería». CBL
 


Imponente fachada y uno de los pasillos del Hotel Caribe en Cartagena.

 

Redacción
No

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