
La joven artista Laura Zabaleta apela a la experiencia y a su memoria y retrotrae un caudal de emociones para concretar la creación plástica. Como Boltanski, sus obras exploran los recuerdos, pensamientos y memorias de heridas, que a través de la experimentación con distintos medios, se convierten en un gesto plástico.
Hace algunos años presenció desde la ventana de su casa como asaltaban a sus padres en la calle, frente a ella, y envuelta en lágrimas y desesperación, se llenó de ira, impotencia y frustración. De aquel impacto inicial le quedaron unas secuelas: la inseguridad, el temor a salir de casa, el miedo a los sitios públicos y el terror a ser víctima.
Ahora, recordando esa carga de sufrimiento y desazón pretende metaforizar las implicaciones del insuceso. En su instalación Entamados de la Memoria apela al tejido como una manera de transigir el padecimiento y conjurar las aprensiones. Algunas comunidades latinoamericanas tejen para procesar las experiencias y encontrar explicaciones de la realidad en una especie de terapia contra la pesadumbre. Zabaleta teje para resistirse a los miedos, para limpiar los recuerdos y naturalizar la práctica artística.
La artista recurre a más de 20 kilómetros de hilos de lana color negro y se da a la tarea de construir en un espacio de 21 por 10 metros y 4,40 de altura una cámara espacial tejida, un entramado de líneas que se densifican en todas direcciones y que dejan apenas unos pasadizos por donde pueda circular libremente el espectador. A veces erguido, a veces inclinado porque el espacio se reduce. Los hilos son como líneas mentales que van construyendo una tupida estructura de diástoles, sensibilidades, ideas, que se cruzan con las lianas de las remembranzas y los vestigios del malestar resistido.
En medio de la espesura neuronal de hilos se divisan algunas ventanas que se hallan suspendidas a distintos niveles, atrapadas por el tejido y la evocación, funcionando como presencias de la impotencia y el desasosiego. Espacios entramados donde ya no es posible la mirada limpia hacia el mundo que palpita más allá del marco.
Entamados de la Memoria es un espacio inquietante, de sensibilidad poética y hasta de intriga, una cámara lúcida de urdimbres y tramas irresolutas que envuelve al espectador y lo prepara para la expansión del pensamiento sensible y la reflexión esclarecida.
* Artista visual, curador y profesor de la Universidad del Atlántico.