El Rock es un poder de obra trascendido en el siglo XX. Es una aparición forzada de una escuela de grito, llanto y poder. Se le considera la antítesis de los valores propios de la malformación moral que habita en nuestra memoria. Para los años sesentas la Inglaterra clásica, conservadora y contemporánea, albergaba un sinnúmero de manifestaciones eclécticas y sombrías que dibujaban el panorama frío de la creciente juventud sumisa y atada a todo engranaje consumista de aquel poderoso entonces.
Poderoso, ya que fue la siembra al fruto posterior que se vive hoy en cuanto a relaciones de industria, comercio, política y telecomunicaciones. En ese ámbito culto, desbordado silenciosamente, se destacaba un grupo de chicos agónicos existenciales con un carga enorme y un deseo a consolidar una puesta de arte, música y color que, sin duda alguna, hizo un referente de vanguardia y posicionamiento global, a punta de una infraestructura análoga apoyada por lo más inquietante en cuanto a mercado artístico vivido después de la mitad del siglo del todo por el todo.
Pink Floyd nace de la búsqueda y del encuentro con el yo superior. Su inicio académico y su conocimiento de la causa que los asechaba produjo un impacto enorme que hasta su centro vital se vio afectado por el abuso de la búsqueda del conocimiento y el placer. Salidos de Cambridge y establecidos en Londres, Pink Floyd inició un recorrido extenso que se manifestó en 15 trabajos discográficos formales de estudio, más álbumes recopilatorios en giras. Ellos ocuparon la atención desde su gesta como banda. Su líder y fundador Syd Barrett –creador del concepto y la idea plástica sonora que consolidó el estilo y la marca Pink Floyd– sucumbe ante el poder de la información que proporcionaba, a finales de los sesenta, la gracia absurda que atrapaba y envolvía la psiquis humana: el LSD. Él , Syd Barrett, quedó lisiado mentalmente, dándole paso a un amigo y conocido de la banda, David Gilmore, para que junto a Roger Waters, Richard Whrigth y Nick Mason, desarrollaran la idea que juntos soñaron de jóvenes. El primer trabajo de Pink Floyd, The Piper At The Gate Of Dawn (1967), abrió el camino que Syd Barrett creó juntos a sus amigos de escuela. Fue el abrebocas exquisito que la crítica comentó asertivamente en su momento, reuniendo las posibilidades conceptuales y creativas de un desterrado de la realidad, y sometido a la experimentación de la drogas psíquicas. Esto tuvo su costo, y fue la vida consciente de Barrett. Luego de su abrupta partida, la banda se interna en su segundo trabajo A Saucerfull Of Secrets (1968), que vino a ser una estela de consecuencias del primer disco y el paso a detener su mirada hacia un futuro incierto dado el evento que produjo la partida de su amigo. Este álbum marco el modo de encarar piezas de largo corte. Para finalizar la década de los sesentas la banda produce un sound track para el filme llamado Music fron The Film More (1969) y Ummaguma (1969). En estos trabajos se ve la posibilidad de acercar el hombre a las relaciones deterioradas en cuanto comunicación, y el grupo define su puesta sonora de larga duración de sus cortes.
Llegada la década de los 70’s , Pink Floyd abre el camino con Atom Hearth Mother (1970), un disco serio de carácter orquestal que lo llevó al contexto progresivo que bien supo manejar y definir esta banda. La sátira al mundo en desarrollo y la seriedad con que asumían su trabajo marcó en definitiva el desarrollo posterior de su obra. Meddley (1971) contiene una de las piezas más ambiciosas de la banda: Echoes. Ellos marcaron una fuerza de trabajo típica de una sociedad en desarrollo, siempre estuvieron atentos a la marcha del cambio. Su constancia y disciplina, y el talento ante el presente, no tardaría en darle los frutos. En esa puesta hacia la inquietud llegan a producir Obscured By Clues (1973), una obra dirigida a un diálogo interno de su compositor Roger Waters hacia la memoria de su padre fallecido en combate durante la segunda guerra mundial, tema recurrente en la obra de la banda, así como aspectos de la sensibilidad y naturaleza humana. Este trabajo llamó la atención porque creó una expectativa dado el sistema de labor en estudio y la vasta experimentación que bien marcaba esta banda.
Este álbum fue elaborado para la banda sonora de El Valle. Constituyó un referente por la forma como asumían su rol de creadores, experimentado posibilidades alternativas de producción. Ellos venían de un riguroso sistema de trabajo con su anterior producción Meddley y estaban a punto de dar el salto que efectivamente lograron con la publicación de Dark Side Of The Moon (1973).
Llega entonces al panorama interestelar la obra que dimensionó un oscuro trasegar de esta inquieta e inteligente agrupación: Dark Side of The Moon (1973), el álbum mítico y catapultador de una historia en ascenso de un grupo de formales jóvenes ingleses que ingresan a la palestra mundial. En este trabajo cambian el modo de encarar las piezas de largo contenido atmosférico para asumir temáticas llevadas a través de canciones relativamente cortas: el envejecimiento, el conflicto, la avaricia, la misma enfermedad mental de su primer líder Syd Barret, que partió en dos la historia de la banda. Llevaron a un Pink Floyd a coronar el firmamento en cuanto a popularidad y alcance que ha podido tener una banda, con una puesta sumamente seria en la industria del entretenimiento. Su manera de abordar la ciencia y la tecnología y la forma de comunicar la decadencia humana en un contexto de avance y desarrollo, hicieron de este trabajo una referencia del lado oscuro que, en primera instancia podría poseer la luna, pero que buscaba hacer entender lo frágil y delicado que es nuestra naturaleza en aquellos momentos decisivos de la historia. Dark Side of The Moon es una obra compleja que llegó a estar más de 14 años punteando las listas de popularidad y ventas; produjo una estela de consecuencias que hasta hoy son manifiestos en cuanto a producción sonora. Su relevante posicionamiento global hizo que la banda se cuestionara dado el alcance desmedido que tuvo. Dark Side of The Moon fue un álbum hecho a conciencia y según palabras de uno de sus integrantes, fue una forma natural de encarar un proceso creativo sin tantas expectativas, «solamente quisimos hacer un trabajo de canciones cortas partiendo de un concepto que arrancaba con el primer tema y finalizaba con el último». Piezas valoradas como Money y Us and Them, que fueron sus dos sencillos formales alcanzaron juntos con el resto de canciones como, Breath, Time, Speak to Me, On The Run, The Great Gig in the Sky, Any Colors You Like, Eclipse y Bryan Damage –pieza que citaba el infortunio que marcó a la banda por la pérdida de su amigo y fundador de toda la película cósmica espacial que hasta el final surcó el destino de esta increíble banda–.
Ellos llegaron a la cima, toda la mirada de la industria estuvo en ellos, su manera de abordar las composiciones, el trabajo disciplinado tanto en la giras, como en el estudio de grabación. Utilizaron las herramientas más complejas y acertadas, para lograr, en últimas, producir una obra que le quedó al mundo, siendo esta una instancia obligada de consulta. El lado oscuro de la luna es la síntesis de lo que venía para el hombre en cuanto a ciencia y avance. Ellos como personas naturales con un poder, tanto económico como artístico, les tocó seguir cumpliendo sus obligaciones contractuales y se adentraron en continuar su carrera teniendo a sus espaldas el éxito del Dark Side of The Moon. Whis You Were Here (1975), que de manera conceptual narra la ausencia, la creciente y desbordada industria del Rock y la enfermedad mental, libera la presión obedecida por su disco anterior.
Rinden un sensible homenaje a su líder mentor y forjador Syd Barrett con la pieza Shine On You Crazy Diamond, considerado como uno de los preferidos de la banda dado el contenido sensible del mismo. Con un éxito y una solidez indiscutida publican Animals (1977), donde vuelven a conceptualizar la decadencia del mundo en desarrollo y la sumisión de la población ante instancias de control. Ellos obtienen un claro respeto de la crítica y de la industria como referencias de poder y comunicación. Con The Wall (1979) finaliza la década del 70 y Pink Floyd propone un quiebre del paupérrimo sistema de educación global. La locura nuevamente y el poder solitario de la estrella de Rock, ven en este trabajo el motivo para decidir el futuro teniendo a la década de los 80 a portas. The Final Cut (1983) es un llanto de su soberbio líder Roger Waters a su padre muerto en el deber militar de la segunda guerra. Luego de este trabajo Waters abandona el grupo y deja las riendas a Gilmore, Whrigth y Manson; ellos producen The Momentary Lapse Of Reason (1987) y se embarcan en una gran gira, Delicate Sound Of Thunder, donde cruzan el mundo y muestran el logro de vivir como banda a pesar de la lucha constante por mantener el staus quo. The Divison Bell (1994) cierra un capítulo extenso de un proyecto sólido constituido para brillar.
Ellos plantean un diálogo a partir de lo sano, de la comunicación entre el hombre y su entorno básico vital. Cierran su maquinaria laboral con una extensa gira llamada Pulse,a mediados de los noventas. Pink Floyd encierra el poder de la creación humana del siglo XX, la forma de asumir el arte y el deseo de expresar el amor, el odio, la locura, la sumisión, la arbitrariedad de la guerra. Inglaterra propuso el Rock al mundo, cosa que Estados Unidos no supo valorar en su momento de obra y gestación. El referente de la historia de la música del siglo pasado obliga a ver a Pink Floyd como una muestra de un real arte contemporáneo.
Álvaro José Barboza. Comunicador Social Periodista- Músico, baterista de la agrupación León Bruno.
@alvarobarbozabateria