
No sería una exageración enunciar que algunos ‹youtubers› son hoy una suerte de rockstars, tanto como lo podrían ser los integrantes de una famosa banda, y que el mensaje de sus videos es susceptible de desatar encandiladas reacciones de amor u odio tras cada clic de reproducción. Partiendo de esta premisa, y aceptando que vivimos en una época en la que la mayoría vivimos enganchados a lo que sucede en plataformas como Facebook, Youtube o Instagram, es que resulta tan relevante hablar del rol de personajes como Alvin Schutmaat, que hoy consiguen cientos de miles de visitas a sus contenidos multimedia que, por supuesto, están acompañadas de comentarios de toda índole.
El caso de Alvin en particular resulta importante para la región Caribe al tratarse de un barranquillero con abuelos alemanes –que vale la pena mencionar en esta nota porque fueron los fundadores de la emblemática Escuela de Música Alvin Schutmaat que formó a varias generaciones de artistas costeños durante estas décadas–. Alvin se desempeña como profesor en la cátedra de música de la Universidad Reformada y en años recientes, antes de ser una estrella de Youtube, cosechaba reconocimiento como integrante de bandas como Radiosuite y Schutmaat Trio, con las que tocó en grandes festivales como Rock Al Parque y grabó una infinidad de canciones que oscilaban entre géneros como el jazz, el blues, el rock y sus derivados.
Bajo el título de ‹Analizando Música de mierda con Alvin›, se dedica a comentar sin piedad ni anestesia, con mucho análisis –y no solo académico, sino desde la perspectiva de temas como el feminismo y las corrientes de pensamiento progresista–, canciones que son éxitos radiales como Despacito, nuevos ritmos o géneros como el ‹Trap›, e incluso se atreve a hacer comparaciones entre el antiguo y el nuevo repertorio de Shakira. En todo caso, los videos de Alvin llegan a tener hasta la fecha entre 100.000 y 400.000 vistas cada uno. Latitud lo entrevistó con respecto a esta faceta.
P ¿Cómo tomó la decisión de hacer videos con fines humorísticos?
R Hace mucho tiempo tenía pensado hacer un canal de Youtube porque además de la música, me gusta editar videos, escribir críticas y hacer comedia. Quería hacer algo en lo que pudiera mezclar todo lo que me gusta hacer, así que cuando decidí lanzarme y publicar el primer video, todo salió bastante natural. Entonces, salió una mezcla de entretenimiento y humor que trata de explicar el increíblemente trágico estado del panorama musical de Latinoamérica, en el que hay un completo monopolio de un género musical increíblemente monótono, misógino y mediocre. Si no me creen, entren a la lista Billboard Latinoamérica, da ganas de llorar. Desde el primer video trato de convertir esas ganas de llorar en humor.
P Y, ¿por qué le pareció tan importante, principalmente, hablar de la música que no le gusta?
R Me parece que las canciones mediocres son una mina de oro humorística que no ha sido bien explorada. Es más que todo por la enorme posibilidad de entretenimiento que puede salir de lo absurdo que es ponerse a ‹analizar› música tan básica y superficial que no merece ser analizada. Y pues, si nadie escuchara a Bad Bunny o a Maluma, no valdría la pena. Para mí el chiste está en que estos son los artistas que llenan estadios hoy en día; cuando muchos de los músicos que de verdad valen la pena, jamás van a ser escuchados por la manera en la que funciona el mundo de la música. Entonces yo decidí coger esta realidad, aceptarla, y no tomarla tan en serio; y utilizarla para entretener a gente que piensa como yo.
P ¿Qué otros géneros o artistas tiene en mente para sus próximas críticas, y por qué le interesa comentarlos?
R A menos de que salga otro Despacito, creo que me voy a tomar unas vacaciones del Reguetón –lo cual es difícil, porque es el único género que se escucha popularmente–. Voy a criticar a cantantes de otros géneros y dedicarme a seguir recomendando artistas increíbles, discutir sobre arte, y contar mis experiencias siendo músico latinoaméricano.
P Dentro de las distintas, y a veces tan airadas reacciones que despiertan sus videos en internet, ¿cuál ha sido la respuesta más loca o curiosa que ha tenido hasta el momento?
R En el video en el que comparo la música antigua de Shakira con la actual, un fan de ella, de esos obsesionados, empezó a escribir cientos de argumentos larguísimos defendiéndola. El tipo se tardó muchas horas en mi sección de comentarios insultando a todo el mundo. Aunque esta gente aparece muy de vez en cuando, la verdad hasta ahora, la gran mayoría reacciona de forma muy favorable. Eso sí, cada tanto sale el típico comentario que dice que los critico porque soy un envidioso y ya quisiera vender yo tantos discos.
P ¿Y qué tan bien se llevas con la comunidad de ‹youtubers› en Colombia o Latinoamérica?
R La verdad no me relaciono mucho con los ‹youtubers› colombianos. Por lo que he visto, la mitad son de esos que son extremadamente sobreactuados, y se enfocan en un público muy adolescente; la otra mitad se va por el lado del periodismo y la política. Por fuera de Colombia me llevo muy bien con Jaime Altozando, que es un ‹youtuber› español muy popular en Latinoamérica que habla sobre música. De hecho hemos hablado sobre hacer una colaboración en el futuro.
P ¿Pero, cree que existe tal cosa como esa comunidad? De ser así, ¿le han contactado para comentar su trabajo u ofrecerle colaboraciones?
R Es posible que haya una comunidad, pero si existe, yo no hago parte del club. Si, me han ofrecido hacer algunas colaboraciones, pero hasta ahora he sentido que el estilo de ningún ‹youtuber› colombiano es compatible con los videos que yo hago.
P ¿Quiénes han sido los humoristas –‹youtubers› o no– que le han inspirado para crear sus rutinas o guiones? ¿Qué piensa que es lo más valioso de sus estilos respectivos?
R Me he dado cuenta que escribir chistes es muy parecido a escribir canciones. Cada palabra es importante, hasta el punto que, si uno organiza mal el ritmo de una frase, se puede arruinar completamente un chiste. En esto mis influencias más grandes son comediantes como George Carlin, Bill Hicks y Bill Burr, cuando hablo, y cuando escribo canciones satíricas; Bo Burnham es el rey. Cuando estoy en un tono más serio me inspira mucho el trabajo de ‹youtubers› como Nerdwriter1, Boyinaband, Vsauce y Adam Neely. Además, he estado pensando en sacar la cámara de mi casa y grabar afuera, porque me encanta la manera en la que Casey Neistat edita y estructura sus videos, como narrando pequeñas historias sobre su vida.
P Y volviendo a la actualidad, ¿qué ‹youtubers› contemporáneos, y de ser posible de habla hispana, quisiera recomendar por la calidad de su contenido?
R Les recomiendo mucho a Jaime Altozano para los que quieran aprender sobre música; me hubiera encantado tener un profesor así cuando estaba estudiando. También me gusta mucho un canal sobre geopolítica ecuatoriano que se llama Hipótesis del poder. Y cómo no, al profe Julio, para aprender matemáticas.
P Hablando de un caso hipotético, si tuviese la oportunidad de influir en los listados de popularidad de la radio en Colombia, ¿a qué artistas nacionales impulsaría a los primeros lugares?
R Claramente al mejor postor, dispuesto a pagarme más ‹payola› –mentiras–. Creo que mi disco favorito hecho en Colombia actualmente es el último de Los Petit Fellas. También pondría a sonar mucho a Oh Laville, Telebit, Desnudos en Coma, La Chiva Gantiva y Brina Quoya. Hay muchísimos artistas excelentes, y una escena muy rica en cuanto a música, pero muy pobre en cuanto economía.
P ¿Cómo ha cambiado su vida y su rutina la popularidad que ha conseguido estos meses con sus videos? ¿Ya le reconocen por la calle?
R Mi vida cotidiana no ha cambiado en absolutamente nada; sólo que ahora no alcanzo a leer todos los comentarios en mis videos. Me han reconocido en la calle varias veces; todavía no me acostumbro a que me identifiquen como ‹youtuber›. Es muy reciente para mí y todo ha pasado muy rápido.
P ¿Cuáles son sus planes a futuro en cuanto a su carrera musical?
R ¡Seguir con el canal! Además estoy trabajando en un EP o álbum que iré publicando poco a poco el próximo año. Lo que podría resultar en un pequeño tour por el continente. Ya veremos.