Domingo, Septiembre 4, 2016 - 00:00
![Historias religiosas y anhelos de libertad son algunos de los motivos que demarca el Jazz. Shutterstock y archivo](http://revistas.elheraldo.co/sites/default/files/styles/606x330/public/2016/09/03/articulo/jazz.jpg?itok=1kBmu7gj)
El río Misisipi, extenso y caudaloso, llamado en la época precolombina «padre del agua», atraviesa el centro de Estados Unidos, impactando no solo su economía sino su cultura. Considerado en 1977 como patrimonio estadunidense, atraviesa, entre otras ciudades, a Memphis, Minneapolis y St. Louis, constituyéndose en el cómplice silencioso de muchos desarrollos del «imperio del norte». En sus aguas, todavía se escuchan los quejidos de esclavos que, huyendo de sus amos, llegaron con sus nostalgias a lugares como New Orleans, principal puerto del río Misisipi, trayendo historias de vida a cuestas, y que, en remembranzas, desgarraron ritmos musicales, creando inspiraciones, una veces tristes, otras alegres, que marcaron una cultura universal entre otros géneros como el Jazz, que desde finales del siglo XlX y el trascurrir del siglo XX continúa extendiéndose con sus trovadores que arrancan de su esencia cada nota, inmortalizándolo.
La esclavitud creó formas de resistencia que permitieron que esclavos y esclavas sobrevivieran a su deshumanización, y través de creaciones como el jazz surgieron canciones, danzas, banjos e instrumentos de percusión, cuyas notas se propagaron; despojándose a través de los tiempos de la propiedad exclusiva de aquellos ánimos rebeldes.
Historias religiosas, anhelos de libertad, denuncias contra la esclavitud, así como la denigración de la condición humana, son los hilos conductores expresados a través de notas musicales que denunciaron las pendencias de una raza que llego obligada desde África, cuya fuerza de trabajo e inteligencia ha enriquecido a los espacios y poderosos de muchos lugares del mundo.
En algunas noches de encuentros, cuando se contaban sus cuitas, hombres y mujeres bailaban y cantaban contorsionando sus cuerpos, proyectando sus anhelos de libertad, y de esta forma nacieron expresiones artísticas que se irrigaron hacia los diferentes lugares geográficos y cuya trashumancia motivó cambios según las culturas, apareciendo expresiones artísticas y folclóricas diversas.
El ritmo de jazz tuvo resistencias, pero después, derrumbaría clases sociales, prejuicios de raza, generaciones y épocas, dejando un legado de grandes artistas como: Miles Davis, Charlie Parker, Louis Armstrong, Duke Ellington, y John Coltrane, figuras relevantes, innovadoras e influyentes, junto al «blanco» Bill Evans, el pianista del jazz más importante en la historia; y poco después, Ramón «Mongo» Santamaría Rodríguez, percusionista y director de orquesta cubano, convirtiéndose una de las principales figuras del jazz latino. En cuanto a voces femeninas, se encuentra Billie Holiday, considerada una de las voces más importantes e inmortales; Bessie Smith, llamada la emperatriz del blues; Aretha Franklin, artista influyente en la música contemporánea, entre otras.
Es por esto que se puede afirmar que: «El jazz es una forma de arte musical que se originó en los Estados Unidos mediante la confrontación de los negros con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente. El ritmo, el fraseo y la producción de sonido, y los elementos de armonía del blues se derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos», expresó Joachim-Ernst Berendt, autor de la obra clásica El jazz: de Nueva Orleans al Jazz Rock.
![](http://revistas.elheraldo.co/sites/default/files/2016/09/03/articulo/monsieur_perine.jpg)
Monsieur Periné, en AtlantiJazz 2011, actuando en Puerto Colombia.
Todas estas experiencias acumuladas son la explosión del swing, la improvisación, el sonido y el fraseo, dejando vestigios en diferentes esferas y gestando un jazz latino con la influencia también musical de Cuba y Brasil.
En este espectro geográfico, heredero de la cultura afro, existen reportes históricos que ubican a la llamada «Puerta de Oro», Barranquilla, como la primera ciudad colombiana en que entró la influencia del jazz, con una importante fusión con los géneros autóctonos. Así, desde la década de 1920, van surgiendo orquestas de jazz en ciudades caribeñas como Barranquilla, Cartagena y Ciénaga, popularizando un género que, al poco tiempo, se asentó en ciudades del interior, como Bogotá, Cali y Medellín.
Perseverantes del género musicales y con base en las hibridaciones históricas, y pasando muchos años, se configuraron nuevas expresiones que empezaron a estudiar sus raíces, germinando nuevas creaciones culturales y académicas en las ciudades más importantes de Colombia, organizando eventos como son los festivales: Jazz al Parque, Jazz del Teatro Libre de Bogotá, Barranquijazz, Ajazzgo (Cali), Voces del Jazz en Cartagena y Medellín de Jazz, en los que participan diferentes creadores del mundo. Estos festivales reúnen intérpretes y exponentes colombianos e internacionales, que rinden un homenaje a este arte musical, creando grupos y bandas reconocidas a través del mundo.
En relación a nuestra historia local, para los años 30 del siglo pasado, en remembranza, EL HERALDO comenta:
«Sobresalía el talento del maestro Luis Felipe Sosa, el joven trompetista Pacho Galán y los magistrales arreglos de Pedro Biava. Luego de aquellas transmisiones radiales de los años 30 en las que se difundían los trabajos de las grandes bandas del swing, y de nuestras primeras jazz bands —de las que hicieron parte músicos representativos nuestros como Pacho Galán, A. M. Peñaloza, Adaulfo Moncada, Nelson García y Alex Acosta, entre otros, a instancias de figuras como Pedro Biava, Guido Perla y el maestro Sosa—, Barranquilla recibe también la visita de artistas del jazz como Cab Calloway y su orquesta, que en los carnavales de 1951 se presentó en varios conciertos». (‘Jazz en Barranquilla’, julio 2015)
Lo anterior traduce, que esta tierra atlanticense puede manifestar con orgullo que fue testigo de ver, formar y crecer a grandes figuras e intérpretes de un estilo musical con influencia del Caribe, siendo este cimiento el enriquecimiento para nuevas ideas que darían vida a un espacio académico y musical para aficionados, profesionales, estudiantes, docentes y comunidad en general. Razón por la cual, la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, impulsó y apoyó en el 2007 una iniciativa del grupo de investigación Sapiencia, Arte y Música (SAM) coordenado por el profesor Guillermo Carbó, decano de la Facultad de Bellas Artes, quien propuso fomentar un ambiente académico-cultural alrededor del Jazz, creando AtlantiJazz.
Todos estos años de ofrecernos este espectáculo, significan tradición, creatividad, historia, pero también el compromiso de la Universidad del Atlántico para seguir apoyando estas iniciativas, con el objetivo de entregarle a la comunidad —y con gran impacto social— arte, expresiones musicales, danza, entre otras manifestaciones, que la ubican en los primeros lugares de universidades de la región y el país.
Pero nada de lo expuesto hubiese sido posible sin que artistas del mundo que han pasado por AtlántiJazz no dejasen un pedacito de su alma en cada presentación. Por ello destacamos, con mucho cariño, que AtlantiJazz es un símbolo de orgullo y tradición para la Universidad del Atlántico.
*Rectora (E) de la Universidad del Atlántico.
Rafaela Vos Obeso
sumario:
Existen reportes históricos que ubican a Barranquilla como la primera ciudad colombiana por donde entró la influencia del Jazz.
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