Domingo, Septiembre 18, 2016 - 00:00
“Ah, los jóvenes, los jóvenes –me dijo Di Samis desconsolado- os desvivís por los contemporáneos…” ¿Y quién más contemporáneo sino el semiólogo de Alessandria para la literatura occidental? No es novedad para los amantes de las letras que el 19 de Febrero de 2016 falleció el filósofo, escritor y crítico de arte Umberto Eco. Reconocido en el mundo de la academia por sus grandes aportes a la semiótica, y distinguido también como narrador en el mundo literario tras la publicación en 1980 de El nombre de la rosa. En su última novela titulada Número cero, Eco mantiene la línea policíaca de intriga y resolución de enigmas, pero se aleja del medioevo para adentrarse en la cotidianidad de la Italia contemporánea. En ella nos cuenta la historia de un grupo de periodistas que son contratados al servicio del magnate italiano Commendatore Vimercate. Su misión es crear un periódico-prueba en el que se escriban notas para chantajear a personajes de las altas esferas sociales, y así permitir que este mecenas ingrese a los círculos donde todavía no es aceptado. El dottore Simei es el encargado de dirigir el comité periodístico y junto con Colonna –editor del mismo– se embarcan en la creación del Domani.
“Leer manuscritos que jamás serán publicados puede llegar a ser un oficio”, piensa el veterano periodista y traductor del alemán Colonna mientras escribe. Este hombre, con más de cincuenta años, es el narrador principal de la novela. A través de un diario va reconstruyendo los hechos entorno a la junta editorial y su relación con otros personajes. La historia se sitúa en Milán en el año 1992 y transcurre en un período de tres meses. Colonna tiene la especial labor de corregir a los otros periodistas y simultáneamente escribir un libro para su jefe Simei, en donde se cuente la verdadera historia detrás del periódico.
Eco, iconoclasta culto.
A pesar de que este no parezca un gran relato, una línea paralela comienza dar vigor a la simpleza de la vida en esta casa editorial. Romano Braggadocio, uno de los seis periodistas contratados por Simei, trama una investigación sobre la muerte de Mussolini y tiene como hipótesis que el Duce no fue realmente fusilado sino que contaba con un doble, el cual lo suplantó en su muerte. Por entregas, este periodista maniático por los automóviles y de ancestros fascistas va entregando a Colonna pistas sobre el posible desenlace del dictador italiano. A su vez los temas del comunismo, el Vaticano y el servicio secreto de Derecha (la Gladio) van entremezclándose con las investigaciones realizadas por este personaje. La historia del periódico y la historia de Mussolini se van disolviendo silenciosamente en una sola para dejar al lector expectante ante su posible conclusión.
Al final, la parte filosófica y literaria de Eco se congregan para ofrecer un último mensaje sobre el futuro de la humanidad. A lo largo de su obra, este pensador fue un crítico pertinaz de los medios de comunicación, y desde sus primeros estudios semióticos en Obra abierta hasta Apocalípticos e integrados, nos deja de manifiesto la repercusión de la cultura de masas y sus efectos decadentes en la sociedad. Cabe aclarar que esta tal vez no sea su mejor creación literaria, pues el cierre de la trama, una relación amorosa insípida y una muerte frágil, dejan un sabor amargo. El lector avezado decidirá si esta novela le hace justicia, o si simplemente es el vehículo literario para focalizar sus anhelos con respecto a una búsqueda teórica. No siendo más, se espera que con esta reseña no se llegue a la conclusión que el dottore Simei arguye en una de sus discusiones: “(…) ¿quién se lee los libros que reseñan los periódicos? No suele hacerlo ni quien hace la reseña”.
Ezequiel Quintero Gallego
sumario:
Reseña del último libro escrito por el semiologo y filosofo italiano Umberto Eco.
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