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Vuelve la magia negra de Omara Portuondo

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Domingo, Agosto 6, 2017 - 00:00

Vuelve Omara Portuondo a Barranquilla. Recordemos que la ‘novia del filín’ estuvo en nuestra ciudad en 1996 en el Primer Festival de Boleros Puerta de Oro, que organizaba el radio periodista Erasmo Padilla. Junto a ella estuvo entonces una nutrida delegación cubana encabezada por el Maestro José Loyola, presidente del Festival Internacional de Boleros de Cuba, y la presencia de los boleristas Mundito González y Anais Abreu.

Pero también Omara ha visitado nuestra ciudad en dos carnavales (1995 y 1998) como jurado del Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla. Lamentablemente, en ninguna de esas visitas el público barranquillero tuvo la fortuna de disfrutar con el encanto y el talento de la diva del Buena Vista Social Club.  

En 1995 pudimos apreciar a Omara en compañía del pianista Joseito González en el Bar Restaurante La Plazita y en el Estadio Tomás Suri Salcedo, acompañada por el Grupo Irakere. Uno de los hitos importantes luego de esa visita fue la grabación de un disco de Omara con Chucho Valdés. En 1998, mientras estuvo de paso en Barranquilla con Eliades Ochoa y el Cuarteto Patria, Eliades y Omara recibieron la noticia de que habían ganado el Premio Grammy.

Asimismo en 2009 la Portuondo estuvo en Barranquijazz acompañada por Roberto Fonseca en el piano, Felipe Cabreras en el bajo y Suami Junior en la guitarra, y regresó en 2010 para conversar con Heriberto Fiorillo en la inauguración del Carnaval Internacional de las Artes.

Siempre será un privilegio poder asistir a una presentación de la encantadora diva cubana. El 10 de septiembre de 2009, en el Hotel del Prado, tuve la oportunidad de conversar con la eterna novia del filín.
Comenzamos hablando de su disco Magia Negra, grabado en el año 1958, en La Habana. Allí se encuentra una excelente versión del clásico Caravan, de Duke Ellington y Juan Tizol. 

—“Ese fue un disco grabado con la Orquesta de Julio Gutiérrez, el autor del famoso bolero que dice /En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse/… y tantas cosas más. Ellos trabajaban en el Hotel Nacional y yo también. En el bajo estaba Salvador Vivar, Julio en el piano, un argentino en el acordeón y se agregó también Juanito Márquez. Todo el disco fue idea de ellos. Creo que Salvador puso el dinero para hacer el disco y luego Álvarez Güedes lo comercializó. Ese fue mi primer disco como solista”.

En el disco La Novia del Filín se encuentra la deliciosa descarga La Última Noche, de Bobby Collazo, ¿qué recuerda de esa grabación?:
—“Sí, la canto con Teresita García. Cierto, está en el disco La novia del filín. Allí en el estudio de grabación estaban todos los del Buenavista: Rubén, Cachaito, el Guajiro Mirabal, Aguaje Ramos, todos. Ellos estaban grabando con Juan D’Marcos González. La coproductora de La novia del filín fue la pianista Enriqueta Almanza”.

Ese momento es el nacimiento del proyecto Buena Vista Social Club. Nunca pensó Omara Portuondo que cantar a dúo con Compay Segundo el famoso Veinte Años de María Teresa Vera con un grupo de músicos cubanos dirigidos por Juan de Marcos González significaría su entrada victoriosa en el mercado internacional para convertirse en la diva del Buena Vista Social Club.

Al respecto, Omara recordaba: —“Sucede que Juan D’Marcos estaba haciendo un disco para participar en los Premios Grammy. Y estaban esperando a unos africanos para hacer un disco con músicos cubanos, pero por problemas de inmigración los africanos no pudieron viajar. Y entonces Juan D’Marcos propuso que se aprovechara la presencia de los músicos y se grabara con Compay Segundo, Eliades Ochoa y otros cantantes. Fueron a buscar a Ibrahim Ferrer, pero se mostró renuente, aduciendo que estaba retirado. Finalmente fue, cantó sus cosas simpáticas como El Platanal de Bartolo. Me pidió que cantara con él un bolero. Entonces grabé Veinte años con Compay y luego a los dos días con Ibrahim, sin necesidad de ensayos. Ibrahim arrancó y después entré... /yo no quiero que las flores sepan los tormentos/, aquello fue muy lindo”. 

Como artista Omara siempre ha encontrado la forma de estar en la cima musical cubana. Recordemos que ella popularizó La era está pariendo un corazón, una de las canciones emblemáticas de la Nueva Trova.
“Imagínate, yo llegué a cantar con la gente de la Trova, tuve el honor de presentarme con Miguel Matamoros, Carlos Embale, canté con la Orquesta Aragón y la Orquesta de Enrique Jorrín en los Festivales del Chachachá.

Salen estos muchachitos con su pelo largo y sus canciones de juventud. Estaba en una actividad y después de terminar mi actuación, siguió Silvio Rodriguez y cantó La era; entonces le digo a Martín Rojas que era mi guitarrista, esa es la canción que me falta para lo que tenemos que hacer en la Casa de las Américas. Y todavía la sigo cantando”.

Un examen rápido de su discografía nos muestra la versatilidad de esta artista que ha grabado con destacados músicos cubanos como Adalberto Álvarez, la Orquesta Aragón, Chucho Valdés, Juan Pablo Torres, Orquesta Jorrín, Los Van Van...

“Lo de Adalberto es una bonita historia. Bueno, Adalberto tenía su grupo Son 14 en Santiago de Cuba con el cantante Tiburón Morales y se desintegra ese colectivo. Entonces Adalberto conforma un nuevo grupo y para su primera grabación, que contó con la producción de Frank Fernández, me invitó a cantar a mí. Ahí canté Veinte años con Frank Fernández en el piano y muchos sones como De madrugada por esas calles.

Acerca de su reunión en 1997 junto a Chucho Valdés en el disco Desafíos, del sello español Nube Negra, comunión musical histórica de voz-piano que muestra a Omara en su plenitud como intérprete del filín, la artista evocaba: —“A Chucho lo conozco desde niño. Su padre Bebo tocaba en la orquesta del Tropicana. Me cuenta Chucho que le dijo a su padre, “oye que simpática está la mulata esa”. Y Bebo le respondió, “te la voy a presentar, pero te advierto que estoy interesado en esa muchacha”. Mire usted, padre e hijo enamorándose de la misma mujer”.

Omara Portuondo es una interprete que afirma que no se debe cantar por cantar y cree que el cantante es un comunicador que lleva un mensaje y que para transmitirlo debe conocer las causas que lo produjeron e incorporar las suyas propias. Sobre la recopilación del CD Lágrimas negras: canciones y boleros, la cubana recordaba: “Lágrimas Negras es algo muy representativo de la cultura cubana. A mí me encanta la Trova Tradicional, al igual que la Rumba. Yo bailé en el Tropicana. Me gusta el ballet, la danza contemporánea. He actuado en películas cubanas. Hay una obra que se llama Cecilia Valdés. Trabajé en la película basada en esa obra. Allí hago el papel de Mercedes Ayala, la dueña del burdel donde iban los muchachitos blancos a bailar con las mulatas. Ahí trabaje con la actriz Deysi Granados. Después participé en una cinta sobre Antonio Maceo haciendo el papel de Mariana Grajales, madre simbólica de Cuba. También mi voz se escucha en varias películas como La bella de la alhambra”.   

Omara Portuondo es un hermoso ser humano. Una mujer sencilla, modesta, fácil para hacer amistades. De hecho, aquí en Barranquilla tiene muchas amistades. Con humildad, Omara confiesa que todavía siente miedo escénico: —“Siempre, antes de una salida a escena, tengo sensaciones terribles que resultan muy difíciles esos primeros momentos. Creo que eso es parte de mi forma de ser, de mi sensibilidad”.   

En la noche del próximo viernes 15 de septiembre tendremos nuevamente la oportunidad de apreciar el buen cantar de Omara en una velada musical que promete ser histórica, y a la que se suma la participación de la cantaora española Martirio, en compañía del guitarrista Raúl Rodríguez, al igual que la presentación del grupo de jazz del trompetista Terell Stafford.   

Rafael Bassi Labarrera
sumario: 
El esperado retorno de la ‘novia del filín’, en el Barranquijazz 2017.
No

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