Cuál era la arquitectura que podría expresar los nuevos tiempos una vez que se hubo completado la independencia de la Corona Española? Para los gobernantes criollos y las élites mercantiles del S. XIX, la imagen de los nuevos estados hispanoamericanos debía corresponder con los modelos que implementaban países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra.
En Barranquilla, en particular, este proceso se daría a través de la logística requerida para construir la infraestructura portuaria. Según Jorge Caballero, los primeros cobertizos para astilleros construidos por el alemán Juan Bernardo Elbers, pionero de la navegación a vapor por el río Magdalena entre 1823 y 1840, fueron los que permitirían dar el salto cualitativo de las edificaciones vernáculas, y de los métodos constructivos coloniales usados en los primeros tiempos de las barrancas de San Nicolás, a formas arquitectónicas derivadas de la industria y la producción en serie, características de los tiempos modernos:
Fueron llegando, con los inmigrantes y técnicos, los modelos de viviendas y edificaciones emblemáticas provenientes de sus países de origen; en donde se estaban desarrollando historicismos decimonónicos, que hacían referencias al neoclasicismo, al Renacimiento, al barroco o al Medio Oriente, y se entendían como parte de la vida moderna (Caballero, 2000).
El neoclasicismo, en particular, fue adoptado con énfasis por las colectividades civiles, bancarias, institucionales y órganos de gobierno, para levantar su arquitectura.
Una minoría de arquitectos europeos, extranjeros y algunos colombianos formado en el exterior, que se residenciaron en Barranquilla, como Oreste Lenci, Octavio Giraldo, Alfredo Badanes, Cesáreo Carlesso, Carlos Sojo Donado, Fernando Restrepo y Manuel Carrerá, recibieron los encargos, a mediados de los años treinta, de materializar en edificaciones concretas aquellas reflexiones sobre la vida moderna y su contexto espacial, que trascendían al público barranquillero, como las expuestas en las aproximaciones teóricas de la revista Mejoras, y adaptar las tendencias de vanguardia, las cuales lo fueron alejando de las preferencias estéticas neoclásicas y eclécticas que caracterizaron los primeros años de la consolidación de la urbe a principios de siglo.
Parafraseando a Nikolaus Pevsner, estos arquitectos desempeñaron el papel de «pioneros de la arquitectura moderna» en Barranquilla.
En este marco general de tendencias, limitaciones y experiencias, José Manuel Carrerá, venido de Cuba, y formado en Estados Unidos, hará parte importante de ese grupo de arquitectos «con gran responsabilidad ética de su tiempo» que impulsaron el proceso de modernización de la arquitectura en Barranquilla.
Carrerá aplicó en el edificio García las teorías del Revestimiento con el recubrimiento de los muros curvos y recursos del art decó en el diseño de la puerta principal y las figuras geométricas de los pisos .